Anexo 3
Técnicas de
relajación infantil para ser utilizadas
en Atenciones Inmediatas
(Información
recopilada por MPs. John Walter
Acosta Peña, Psicólogo Forense)
Dentro del marco del cumplimiento de lo estipulado
en el Código de la Niñez y Adolescencia de Costa Rica, en su artículo 123, es
labor de los y las profesionales en trabajo social y psicología del Poder
Judicial, brindar el respectivo acompañamiento a las personas menores de edad
ante las instancias judiciales en las que se requiriese su participación en
procesos en los que figuren como víctimas o testigos en declaración y
reconocimiento de hechos delictivos, durante el proceso investigativo del
Ministerio Público o en juicio.
En este ámbito, es de esperarse que las personas menores de edad
experimenten tensión y ansiedad, al sentirse sometidos ante situaciones
desconocidas en las que, además, podrían ser depositarios de presiones tanto
internas como externas.
Es por esta razón, que es preciso que los y las profesionales
acompañantes sean elementos facilitadores en el proceso, sirviendo como figuras
de apoyo y de contención en aras de proteger el respeto al interés superior de
las personas menores de edad, trascendiendo de esta manera, a una labor
meramente informativa o expectadora.
El conocimiento de técnicas básicas de relajación, se convierte en un
valioso instrumento que podría ser utilizado de acuerdo con las
particularidades conductuales y emocionales que presentase cada sujeto en
atención, con el propósito de que logre calmarse y relajarse de manera tal que
se fomente un espacio de tranquilidad y de esta forma, disminuir su eventual
estrés muscular y mental proporcionando un estado de bienestar que le ayude a
emprender la actividad que se le solicite.
Es preciso hacer énfasis en que la actitud de la persona acompañante es
fundamental, por lo que es necesario que ésta también se encuentre relajada
previo a la realización de los ejercicios; asimismo, se debe tomar en
consideración que no se debe obligar a la persona menor de edad a realizar
ejercicios de relajación, ya que esta es una actividad voluntaria; además, es
importante, después de los ejercicios, dejar un tiempo de transición para
recuperar el estado normal de activación.
Siendo así, a continuación se presentan algunas de esas técnicas; a
saber:
Contracción-distensión: Técnica que
consiste en contraer un músculo o un grupo de músculos durante unos segundos
para luego aflojar la contracción progresivamente.
Balanceo: Técnica que consiste en imitar el movimiento de un columpio. Se trata
de realizar un movimiento de vaivén de delante hacia atrás, o de derecha a
izquierda. La parte del cuerpo que se está relajando (por ejemplo, un brazo,
una pierna, la cabeza) debe estar distendida y blanda.
Estiramiento-relajación: Consiste en estirar progresivamente una parte del
cuerpo, alargándola lo más posible. Debe mantenerse esa postura durante unos
segundos y luego aflojar suavemente esa parte del cuerpo. Es importante
aflojarla con suavidad, dejándola caer resbalando, sin que golpee. Después, se
balancea ligeramente esa parte del cuerpo.
Caída: Consiste en dejar que la fuerza de gravedad actué sobre el cuerpo.
Luego de haber levantado una parte del cuerpo, la dejamos caer lentamente,
resbalando (sin que golpee). Se deja descansar esa parte durante unos segundos
y luego se repite el movimiento dos o tres veces.
De acuerdo a la etapa del
desarrollo, se podrían utilizar técnicas de entrenamiento autógeno, en
las que se relaja el cuerpo y la mente en forma progresiva mediante ejercicios
respiratorios, por ejemplo invitando a la persona a cerrar los ojos, guiándola
a respirar en forma diafragmal en conteos de inhalación, expiración del uno al
tres y focalizando la relajación de cada una de las partes de su cuerpo (manos
y brazos, brazos y hombros, hombros y cuello, mandíbula, cara y nariz, pecho,
pulmones y estómago, piernas y pies); se podría incluir el llevarlas”
(imaginariamente) a algún lugar que subjetivamente ellas escojan como espacios
tranquilizadores, al tiempo que se le transmiten afirmaciones positivas.
Se debe procurar, para la
realización de las técnicas supra descritas, de un espacio adecuado en términos
de tranquilidad y de privacidad, de lo contrario, podría constituirse en un
elemento más de estrés para la persona menor de edad, al hacerla sentirse
incómoda por la eventualidad de ser observada por terceros.