N° 41149-MICITT
EL
PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
Y LA
MINISTRA DE CIENCIA, TECNOLOGÍA
Y
TELECOMUNICACIONES
De conformidad
con las atribuciones que les conceden en los artículos 33, 50, 140 incisos 8) y
18) y 146 de la Constitución Política; los artículos 25 inciso 1), 27 inciso 1)
y 28 inciso 2.b) de la Ley N° 6227 “Ley General de la Administración Pública”,
publicada en el Diario Oficial La Gaceta N° 102, Alcance N° 90, del 30
de mayo de 1978; y los artículos 4 inciso e) y 20 inciso a) de la Ley N° 7169
“Ley de Promoción del Desarrollo Científico y Tecnológico”, publicada en el
Diario Oficial La Gaceta N° 144, Alcance N° 23, del 01 de agosto de
1990; y los artículos 7 incisos b) y e), 8 incisos a) y b) del Reglamento
Orgánico del Poder Ejecutivo, Decreto N° 38536-MP-PLAN del 25 de julio de 2014,
publicado en el Diario Oficial La Gaceta N° 159, del 20 de agosto de
2014; los artículos 1 y 2 de la Ley N°7142 “Ley de Promoción de la Igualdad
Social de la Mujer”, publicado en el Diario Oficial La Gaceta N° 59 del
26 de marzo de 1990.
Considerando:
I.—Que el
artículo 50 de la Constitución Política establece el deber del Estado de
procurar el mayor bienestar a todos los habitantes del país.
II.—Que el
numeral 1 de la Ley No 7142 “Ley de Promoción de la Igualdad Social de la
Mujer” señala que: “Es obligación del Estado promover y garantizar la
igualdad de derechos entre hombres y mujeres en los campos políticos,
económico, social y cultural”.
III.—Que el
artículo 20 de la ley No 7169 “Ley de Promoción del Desarrollo Científico y
Tecnológico” indica que: “El Ministerio de Ciencia, Tecnología y
Telecomunicaciones (MICITT) tendrá las siguientes atribuciones: a) Definir la
política científica y tecnológica mediante el uso de los mecanismos de
concertación que establece el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología, y
contribuir a la integración de esa política con la política global de carácter
económico y social del país, en lo cual servirá de enlace y como interlocutor directo
ante los organismos de decisión política superior del Gobierno de la República...”
IV.—Que el
objetivo del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología (SNCT), es coordinar y
ejecutar todas aquellas disposiciones que sean establecidas por los órganos políticos
superiores, al igual que integrar las gestiones para la coordinación del
desarrollo científico-tecnológico, para el bienestar social, económico y
ambiental del país.
V.—Que los
incisos a) y b) del artículo 8 del Reglamento Orgánico del Poder Ejecutivo,
establecen como función de los Consejos Presidenciales: a) Dar seguimiento y
velar por el cumplimiento efectivo del Plan Nacional de Desarrollo, y b)
Formular, aprobar y articular políticas, programas y proyectos estratégicos,
que involucren los sectores representados dentro del Consejo Presidencial.
VI.—Que los
futuros planes de gobierno, expresados en instrumentos de planificación como el
Plan Nacional de Desarrollo, el Plan Nacional de Ciencia Tecnología e
Innovación, y el Plan Nacional del Desarrollo de las Telecomunicaciones, deben
estar vinculados con la Política Nacional para la igualdad entre mujeres y
hombres en la formación, el empleo y el disfrute de los productos de la
Ciencia, la Tecnología, las Telecomunicaciones y la Innovación 2018-2027.
VII.—El
Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones procedió a llenar el
Formulario de Evaluación Costo-Beneficio en la Sección I denominada Control
Previo de Mejora Regulatoria, siendo que el mismo dio resultado negativo y que
la propuesta no contiene trámites ni requisitos. Por tanto,
Decretan:
POLÍTICA
NACIONAL PARA LA IGUALDAD ENTRE
MUJERES Y
HOMBRES EN LA FORMACIÓN, EL EMPLEO
Y EL
DISFRUTE DE LOS PRODUCTOS
DE LA
CIENCIA, LA TECNOLOGÍA,
LAS
TELECOMUNICACIONES
Y LA
INNOVACIÓN
2018-2027
Artículo
1º—Objeto. El presente Decreto tiene por objeto oficializar y declarar de
interés público la Política Nacional para la igualdad entre mujeres y hombres
en la formación, el empleo y el disfrute de los productos de la Ciencia, la
Tecnología, las Telecomunicaciones y la Innovación 2018-2027. La política está
disponible en la página https://www.micitt.go.cr/index.php?option=com_content&view=article&id=10271&Itemid=1818
Dicha política se encuentra incluida en el Anexo Único de este decreto.
(Nota
de Sinalevi: La Política Nacional para la igualdad
entre hombres y mujeres en la formación, el empleo y disfrute de los productos
de la ciencia, la tecnología, las telecomunicaciones y la innovación 2018-2027,
se extrajo del sitio web del Ministerio
de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones, por lo que se reproduce a
continuación:)

TABLA DE CONTENIDO
I.
Creditos........................................................04
II. Índice de cuadros, tablas,
gráficos e imágenes........................................05
III. Siglas y
acrónimos......................................07
IV.
Presentación...............................................09
V.
Introducción..................................................12
1. El problema enfocado y la metodología......16
a. Problema enfocado.............................16
b. Metodología........................................19
2. Consideraciones conceptuales...................22
a. Género y ciencia.................................22
b. Igualdad, equidad y perspectiva
del género..............................................24
c. Políticas públicas y de genero............25
I. El problema enfocado.....................27
II. La respuesta pública
del problema......................................27
III. El plan de acción de la política y la
evaluación integral.............................28
3. Marco
normativo..........................................32
4. Costa Rica: Situación de las mujeres en la
ciencia, la tecnología y el aprovechamiento de
sus
beneficios................................................46
a. La atracción de la mujeres hacia la
ciencia y la tecnología desde la primera
infancia.
I. Educación primaria: I y II
ciclo....................................................51
II. La educación secundaria................52
III. La educación técnica
universitaria........................................55
b. La formación, la capacitación y la permanencia
de las mujeres en las carreras
de ciencia y tecnología...........................56
I. Formación técnica...........................57
II. Formación técnica en el Instituto
Nacional de Aprendizaje....................58
III. La formación universitaria..............59
c. Empleo de las mujeres en la ciencia y
tecnología...........................................66
d. El uso y el disfrute de los productos
de la ciencia y la tecnolgía.................68
5. Marco
estratégico........................................70
a. Enfocques...........................................70
I. Derechos humanos.........................70
II. Género y diversidad.......................71
b. Principios............................................72
I. Igualdad y no discriminación...........72
II. Autonomía y participación..............72
III. Universalidad.................................72
IV. Articulación.....................................72
c. Alineamiento estratégico de
la
política................................................72
d. Ejes estratégicos.................................72
6. Módelo de
gestión.......................................86
7.
Bibliografía...................................................90
a. Anexos y apéndices............................94

I. CRÉDITOS
DIRECCIÓN GENERAL
Carolina Vásquez Soto, Ministra Ciencia, Tecnología y
Telecomunicaciones
CONSULTORA
Irene Brenes Solórzano, Investigadora principal
EQUIPO TÉCNICO
Yarima Sandoval Sánchez –
Coordinadora ejecutiva - MICITT
Ruth Zúñiga Rojas – Coordinadora de Investigación - MICITT
Joselyn Vargas Mayorga – Asistente Investigadora
EQUIPO DE APOYO
Gabriela Carvajal Pérez - MICITT
Noemy Coto Grijalba
– MICITT
Comité consultivo:
Región Central
Región Huetar Norte
Región Brunca
Región Huetar Caribe
Reconocimientos de colaboración especial:
Kemly Camacho Jiménez – Sulá Batsú
Milena Marín Ramírez - Literata
Con el apoyo Técnico y económico de la Organización de
Estados
Iberoamericanos - OEI
DISEÑO GRÁFICO
Intergraphic Designs
S.A.
OBRA DE ARTE DE PORTADA
Transformación Fémenina por Gaudy Zumbado Alfaro, Artista Nacional.
II. ÍNDICE DE CUADROS, TABLAS,
GRÁFICOS E IMÁGENES



III. SIGLAS Y ACRONIMOS
CEDAW Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer
CEPAL Comisión Económica para América Latina y el Caribe
CFIA Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos
CSE Consejo Superior de Educación
CINDE Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo
CINDEA Centro Integrado de Educación de Adultos del MEP
CONARE Consejo Nacional de Rectores
CONESUP Consejo Nacional de Enseñanza Superior Universitaria
Privada
CPJ Consejo de la Política de la Persona Joven
ECTI Estado de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación
ENAHO Encuesta Nacional de Hogares
I+D+I Investigación Desarrollo Innovación
INA Instituto Nacional de Aprendizaje
INAMU Instituto Nacional de las Mujeres
INEC Instituto Nacional de Estadística y Censos
INFOCOM Cámara de Infocomunicación
y Tecnología
INIE Instituto de Investigación en Educación
IPEC Instituto de Educación Comunitaria del MEP
MEP Ministerio de Educación Pública
MICITT Ministerio de Ciencia, Tecnología y
Telecomunicaciones
MIDEPLAN Ministerio de Planificación Nacional y Política
Económica
OCDE Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos
ODS Objetivos de Desarrollo Sostenible
OEI Organización de Estados Iberoamericanos para la
Educación, la Ciencia y la Cultura
OIT Organización Internacional del Trabajo
ONU Organización de Naciones Unidas
OSFL Organizaciones Sin Fines de Lucro
Red Mexciteg Red Mexicana de
Ciencia, Tecnología y Género
RICYT Red Iberoamericana de Ciencia y Tecnología
TEC Instituto Tecnológico de Costa Rica
UCR Universidad de Costa Rica
UNA Universidad Nacional
UNED Universidad Nacional Estatal a Distancia
UNESCO Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura
UTN Universidad Técnica Nacional
IV. PRESENTACION
Costa Rica se ha distinguido por
firmar y ratificar todos los acuerdos y convenciones tendientes a reconocer los
Derechos Humanos inherentes a todas las personas sin distinción de raza, color,
sexo, procedencia, creencias, opiniones, estratos sociales, como lo consigna la
Declaración Universal de Derechos Humanos y los instrumentos internacionales
para el avance.
A pesar de los progresos de
nuestro país, aún hay retos que superar para lograr la eliminación de formas de
discriminación que persisten, se alimentan y fortalecen, en un sistema en el
cual no se promueve la discusión de algunos temas que atañen a la mayor parte
de la población,
ya que si se suman las diversidades objeto de diferentes
discriminaciones, únicamente un pequeño grupo se encuentra excluido de alguna
forma de discriminación.
Nuestro primer gran reto es con
la mitad de la población, las mujeres, quienes históricamente hemos estado en
desventaja con respeto al disfrute de nuestros derechos como seres humanos.
Poco a poco hemos logrado ir
reconociendo las formas violentas o sutiles de nuestra situación de desventaja
frente a los hombres en diversos campos del quehacer humano.
El presente documento pretende
plasmar lo que históricamente hemos vivido, el hecho de
que la participación de las mujeres en la ciencia y la
tecnología es desigual con respecto a los
hombres, situación que va en detrimento no solo de las
mujeres sino del progreso social y material del país. Reconocer esas formas de
colonización sin duda nos sitúa más cerca del diagnóstico de estrategias que
nos permitan avanzar en caminos más inclusivos a todo nivel, y en nuestro caso
el énfasis está puesto en la participación de las mujeres en la ciencia, la
tecnología y la innovación.
Hoy logramos reconocer que los
estereotipos de género modelan las preferencias profesionales y los
requerimientos están directamente relacionados con la permanencia de las
mujeres en la formación y la capacitación profesional, estos se convierten en
factores críticos de revertir para lograr una igualdad sustantiva entre los
hombres y las mujeres en las especialidades vinculadas con la ciencia y la
tecnología.
De lo anterior se desprende que
es vital la importancia de apoyar y propender por investigaciones que permitan
establecer estrategias claras para la igualdad en el ámbito, escolar, familiar,
laboral, ya que desde los momentos más tempranos de la socialización, se
reproducen los estereotipos que predominan en el ideario social.
La pérdida del interés de las
niñas por las ciencias, tecnologías, ingenierías y matemáticas (STEM) se genera
a tempranas edades entre más se refuercen los estereotipos de género, las
diferentes formas de exclusión explícitas e implícitas van dirigiendo la
escogencia hacia la reproducción de esos estereotipos y aquellas que logran
superar las barreras de ingreso y permanecer, se enfrentan al reto de diseñar
estrategias que les permitan sobrevivir en ambientes altamente masculinizados y
expulsores.
En este documento se procura
esbozar una genealogía que explique las razones por las cuales un grupo
significativo de mujeres están distanciadas o fuera del universo de la ciencia
y la tecnología, pese a que las estadísticas no se encuentran desagregadas por
sexo en algunas variables importantes para profundizar en el tema, resultan
claros factores comunes en la historia de la trayectoria de quienes persisten y
de quienes desisten.
El texto dialoga con otros
documentos cuyos pilares son las políticas públicas y otros instrumentos que
promueven el cese de toda desigualdad, en ese sentido, se torna una práctica
que exige el trabajo cooperativo de un conjunto de instituciones y
organizaciones, de los sectores público, académico, privado y sociedad civil.
Así vislumbrando caminos más inclusivos, en los que las mujeres puedan competir
en condiciones justas, de modo que se proyecten nuevos escenarios para futuras
generaciones.
Se reconoce en el texto, que la
participación ciudadana en la generación de nuevo conocimiento y nuevas
tecnologías es de vital importancia para que los beneficios de la Ciencia y la
Tecnología sean apropiados por la población en general y en especial por las
mujeres, y no sea una relación unidireccional. Además se debe romper con el
papel pasivo de la población por medio del fortalecimiento de la participación.
La Política ha sido un esfuerzo
por conocer diferentes visiones, en un diálogo participativo que el MICITT
promueve desde la creación del Programa Ciencia y Género en el año 2010 y que
hoy cuenta con el apoyo e impulso de importantes actores sociales como la
Cámara de Tecnologías de la Información y Comunicación (CAMTIC), la
Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), el Instituto Nacional de las
Mujeres (INAMU), la Comisión de Seguimiento de la Política de Género en Ciencia
y Tecnología, los Comités Regionales de Seguimiento y otras muchas
organizaciones y personas que han contribuido con insumos importantísimos para
la generación de esta política. Nos corresponde a toda la ciudadanía en
general, hacer que viva más allá del papel.
Carolina Vásquez Soto,
Ministra
Ministerio de Ciencia,
Tecnología y Telecomunicaciones

V. INTRODUCCIÓN
La construcción de una sociedad
incluyente en todos los ámbitos de la vida, es uno de los cimientos sobre los
que se erige la democracia costarricense y ocupa la atención de la ciudadanía
así como de los actores sociales legitimados para la toma de decisiones. Tal y
como lo prescribe la Constitución Política de Costa Rica: “Toda persona es
igual ante la ley y no podrá aplicarse discriminación alguna contraria a la
dignidad humana”. (Constitución Política, 1949)
Frente a dicha aspiración, se
presenta una realidad de exclusión y discriminación de las mujeres que las
mantiene ajenas o en la periferia de los factores de potenciación del
desarrollo del país, como son la ciencia, la tecnología, las telecomunicaciones
y la innovación. Los sectores de mayor dinamismo respecto del empleo en esos
campos, refieren una baja representación de las mujeres tanto en el sector
público como en el privado.
Tal y como se admite en el sétimo
informe Estado Costarricense al Comité de Seguimiento de la CEDAW, 2016, a la
altura de la segunda década del siglo XXI, “el Estado costarricense reconoce
que persisten importantes obstáculos culturales, sociales y económicos que han
impedido un avance decidido en el cumplimiento … de las obligaciones
establecidas en la Convención” (Gobierno de la República de Costa Rica, 2016),
y que se deben redoblar los esfuerzos para “desmontar las causas estructurales
que perpetúan la discriminación contra las mujeres e impiden la garantía plena
de sus derechos” (Gobierno de la República de Costa Rica, 2016, pág. 6)

Ante tal desafío, resulta
impostergable dirigir todos los esfuerzos necesarios para la erradicación de
las brechas entre las mujeres y los hombres que se presentan en la atracción,
la educación, el empleo y el disfrute de los productos de la ciencia, la
tecnología, las telecomunicaciones y la innovación, mediante una política
pública con oriente el quehacer de las personas, las instituciones y las
organizaciones para que puedan hacer las transformaciones requeridas a fin de
aprovechar el talento de todas las personas y en especial de las mujeres, en
beneficio del desarrollo del país y en la atención de sus intereses
diferenciales, considerando su diversidad etaria, étnica, el nivel educativo,
la condición socioeconómica, la condición de discapacidad, el lugar de
residencia, la identidad sexual, entre otros.
El MICITT, desde su posición
rectora del sector de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones, decidió asumir
este importante reto y en conjunto con las mujeres científicas y tecnólogas,
las instituciones y las organizaciones de diversos sectores relacionados con su
campo de interés, se dio a la tarea de formular esta política nacional para la
igualdad entre mujeres y hombres en la formación, la permanencia, el empleo y
el disfrute de los productos de la ciencia, la tecnología, las
telecomunicaciones y la innovación (en adelante llamada la Política),
proyectada para el decenio 2018 – 2027 y ejecutada mediante dos planes de
acción quinquenales.
El primer apartado de este
documento hace una precisión del problema enfocado por la Política con sus
respectivos objetivos y describe el proceso metodológico seguido para la
construcción de la misma1, que estuvo legitimada y enriquecida por
las alianzas construidas por el MICITT con diferentes actores sociales, en el
cumplimiento de sus mandatos.
1 El diseño de la política consideró las directrices
técnicas emitidas por MIDEPLAN en la Guía para la elaboración de políticas
públicas, disponible en www.mideplan.go.cr.
El segundo apartado introduce una
precisión conceptual sobre ciencia y género que explica la importancia de
analizar la participación diferencial que tienen las mujeres en los campos de
la ciencia y la tecnología, para proyectar las medidas que se deben poner en
marcha con miras a promover y avanzar hacia la igualdad sustantiva entre mujeres
y hombres, en dichos espacios.
El tercer apartado caracteriza el
marco normativo nacional e internacional que tutela y garantiza el ejercicio
del derecho a la igualdad en la sociedad costarricense, con especial atención
de los grupos excluidos o discriminados en razón del sexo, el grupo étnico de
pertenencia, la condición de discapacidad, la edad, entre otros.
Se presta especial atención a la
educación y al empleo en ciencia, tecnología y telecomunicaciones, que son los
campos en los que se manifiesta la desigualdad que se espera erradicar en el
mediano plazo.
El cuarto apartado ofrece un
panorama sobre la situación de las mujeres en la ciencia y la tecnología que se
nutrió de las estadísticas existentes, particularmente, las que se generaron
para el primer informe sobre el Estado de la Ciencia, la Tecnología y la
Innovación publicado en 2014. Así como de las experiencias de mujeres científicas y tecnólogas que
participaron en los 5 talleres realizados entre noviembre, 2016 y agosto, 2017.
El quinto presenta los
componentes del marco estratégico de la política, con los siguientes
componentes: los enfoques, los principios, los objetivos, los ejes temáticos y
las acciones estratégicas.
El sexto apartado describe
algunas consideraciones sobre el modelo de gestión de la política,
particularmente, las instancias que participarán en el desarrollo de la
política, a nivel de toma de decisiones y técnico. Dicho modelo se desarrollará
con todos sus componentes en el proceso de elaboración del plan de acción , que
según lo señala MIDEPLAN, 2016:
[…] incluye los criterios de evaluación, instrumentos,
responsabilidades de los participantes, los procedimientos técnicos y
administrativos, que se aplicaran en el horizonte temporal de la política. Este
proceso supone contemplar periodos de mediano y largo plazo y cuyo plan de
acción (instrumento para operativizar los
lineamientos y alcanzar los objetivos) requiere de actualizaciones
periódicas cada cuatrienio o quinquenio para
compatibilizarlo con las prioridades de la Administración Gubernamental
(MIDEPLAN, 2016, pág. 8).
Se concluye con la bibliografía
utilizada como insumo para la formulación de la política.

1.El problema
enfocado y la Metodología
a. Problema enfocado
El ingreso de las mujeres a las
actividades remuneradas, en condiciones de igualdad con los hombres, es un
desafío que aún está presente en muchas latitudes. El acceso a la educación, en
todos los niveles, es una aspiración para muchas de ellas, pues los
estereotipos sobre el papel que deben cumplir en la sociedad, las coloca en las
ramas de actividad económica y en empleos de baja remuneración y mayor
desempleo, con independencia de sus calificaciones. Para el caso de Costa Rica,
hasta finales del siglo XIX, se logró el ingreso de las niñas a la educación
primaria, y hasta en 1906 se graduó la primera mujer de la secundaria, quien
tuvo que acudir a un centro educativo al que solo asistían hombres, porque no
existían colegios mixtos o para mujeres.
Más tarde, en la década de 1920,
las mujeres logran espacios para estudiar carreras como educación, tendencia
que se mantiene hasta la actualidad, donde se aprecia mayor presencia femenina
en diferentes disciplinas de las Ciencias Sociales. Aunque no existe una
restricción abierta para que las mujeres se vinculen a carreras técnicas,
profesionales y académicas, en campos como la ciencia y la tecnología, aún su
participación es limitada, lo que tiene consecuencias en las oportunidades de
empleo de mayor demanda y calificación.

Una revisión de los datos de la
Red Iberoamericana de Ciencia y Tecnología (RICYT, 2016) con respecto a la
distribución porcentual de personas dedicadas a la investigación y becarias,
por sexo, muestra una evidencia de mayor presencia de hombres con respecto a
mujeres, sin embargo algunos países muestran paridad. (véase Gráfico 1).

Así se tiene, que solo Venezuela,
Trinidad y Tobago y Argentina, cuentan con presencia femenina ubicada entre el
51% y 61%. En siete países las mujeres investigadoras, tienen una participación
estimada que oscila entre el 32% y el 45%, Costa Rica2 se encuentra
en este grupo. Finalmente, se observa que tres países tienen las tasas más
bajas, ya que las mujeres representan entre el 32% y el 38%.
2 Los datos recopilados por la Organización de Estados
Iberoamericanos, provienen del informe que el país suministró. No bastante, en
el Plan Nacional sobre Ciencia, Tecnología e Innovación, aprobado por el
MICITT, en 2015, señala, que dicha participación asciende al 30% (MICITT, 2015;
p. 38). Dicha diferencia puede obedecer a las fuentes utilizadas para obtener los
datos, que en el caso del MICITT estos provienen de la consulta bianual que
realizan a los sectores público, privado y académico.
Esta Política se enfocará hacia
la eliminación de la desigualdad en la participación de las mujeres con
respecto a la de los hombres en Ciencia y Tecnología, mediante la
implementación de
iniciativas que promuevan el siguiente objetivo general
Promover la igualdad en la participación de las mujeres respecto de los hombres
en la atracción, la permanencia, la formación, la capacitación,
el empleo de calidad y la investigación, en los diferentes
campos de la ciencia, la tecnología y la innovación, para facilitar el disfrute
de los avances científicos-tecnológicos.
Los impactos del vínculo de las
mujeres a la producción en la ciencia y la tecnología, tendrán resultados
positivos para el desarrollo del país, ya que habrá un mejor aprovechamiento
del talento femenino, así como una mayor innovación en los productos, procesos,
organizaciones y
mercados que se generan con sus aportes.
Para ello será necesario
introducir cambios en el ideario social, en la educación y en el ámbito
laboral, para eliminar los factores que inciden en los niveles de ingresos, en
las posibilidades de ascensos tanto en la función pública como privada, en el
pago desigual de salarios, el acceso y permanencia en carreras de mayor demanda
y con mayores expectativas salariales, las posibilidades de realizar estudios
de posgrados internacionales, entre otros.
b. Metodología
La construcción de esta política
es el resultado de un ejercicio colectivo, en el que se involucraron las
mujeres que estudian y trabajan en los campos de la ciencia y la tecnología, el
personal administrativo y técnico de diferentes instituciones de educación y de
promoción de los derechos humanos de las mujeres, las empresas y las
organizaciones que desarrollan acciones para atraer a las mujeres al empleo,
los organismos internacionales que trabajan a favor de la igualdad entre
hombres y mujeres a lo largo de la vida y en las áreas en las que existen
brechas.
Un impulso sustantivo fue la
decisión política de las autoridades de la Presidencia de la República y otras
instituciones del Poder Ejecutivo, que se comprometieron con el desarrollo de
las acciones estratégicas que permitirán el logro del objetivo propuesto.
El proceso estuvo liderado por el
Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones, como rector de este
sector, con el apoyo del Instituto Nacional de las Mujeres, institución que
coordina la Política Nacional para la Igualdad y Equidad de Género, la cual
contiene los compromisos del Estado costarricense para garantizar el ejercicio
pleno de los derechos humanos de las mujeres. Se desarrolló mediante tres
fases.
Reconocimiento de las
desigualdades entre hombres y mujeres en la ciencia y la tecnología, se hizo
mediante diversas acciones de consulta con los diferentes actores involucrados.
Complementariamente, se realizó una investigación en fuentes secundarias,
acerca de la participación de las mujeres en este sector, que tuvo un alcance limitado3
debido a que la información disponible en los registros administrativos
oficiales no presenta una desagregación por sexo y es información que es
necesaria para el correspondiente análisis. Para el caso de las empresas y las
instituciones de la educación privada, dado que no existen normas que permitan
el acceso público a la información, se contó con algunas publicaciones
disponibles en sus sitios web. Así como de la participación de sus
representantes en las actividades de consulta a las que fueron convocadas.
3 Especial utilidad tuvo la información disponible en el
Informe Estado de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación publicado en 2014,
que fue elaborado por el programa del Estado de la Nación que ejecuta el
Consejo Nacional de Rectores de las Universidades Públicas de Costa Rica, así
como el documento denominado Marco general de la política nacional sobre
género, ciencia y tecnología desde la perspectiva de las y los actores,
elaborado por la Comisión de seguimiento del XI Congreso Iberoamericano de
Ciencia, Tecnología y Género, realizado en Costa Rica del 26 al 28 de julio,
2016.
No obstante, debe destacarse que
más allá de los datos, la información suministrada por las mujeres que estudian
y trabajan en el campo de la ciencia y la tecnología, fue de incalculable valor
para determinar las causas y los efectos de la situación actual.
• Precisión del problema: se hizo una reseña de la normativa
nacional e internacional, que obliga al Estado costarricense a erradicar las
desigualdades y la discriminación entre las mujeres y los hombres. Dicho
fundamento legal y programático permitió orientar el análisis situacional de
las mujeres en la ciencia y la tecnología, desde una perspectiva de género para
identificar las brechas existentes.
• Definición del marco estratégico: fue formulado por una
Comisión Ad-Hoc designada por la Ministra de Ciencia, Tecnología y
Telecomunicaciones y contiene los enfoques, los principios, los objetivos, los
pilares y las acciones estratégicas. Fue puesto en consulta por medio de
talleres regionales y por medio de correo a informantes claves de los
diferentes sectores.
Sin duda, los aportes brindados
por quienes participaron del proceso de construcción de esta política, crearon
un compromiso insoslayable para su puesta en ejecución. Es de vital importancia
la creación de los Comités Regionales de Seguimiento, cuya iniciativa ha nacido
de las propias regiones, con el fin de dar sostenibilidad y apoyar a la
política desde las diversidades de las mujeres. Esta diversidad incluye mujeres
de diferentes niveles de educación, trabajos, etnias, edades, localidades y
situación socioeconómica.

2.Consideraciones
conceptuales
a. Género y ciencia
Las desigualdades entre las
mujeres y los hombres han estado presentes a lo largo de la historia de la
humanidad, con diferentes expresiones según el momento histórico y la región
geográfica que se analice. Las Ciencias Sociales se han interrogado acerca del
origen de dichas desigualdades y las respuestas han sido variadas pero un
elemento común que se ha reconocido, es la existencia de una división sexual
del trabajo, que asigna a las mujeres la responsabilidad por la reproducción y
el cuido de su grupo familiar, más allá del trabajo remunerado que puedan
realizar. En tanto, los hombres asumen el gobierno de la familia, con la
legitimidad social para participar de la dirección de la sociedad, desde los
espacios públicos.
Ese dispositivo que permite el
control masculino de las diferentes estructuras sociales encuentra su sustento
explicativo en el género4 , entendido como:
4 El concepto género fue mencionado por John Money para
referirse a la diferencias en la identidad sexual, más tarde en 1963, Robert Stoller introduce la distinción entre sexo y género para
explicar el hecho de que personas de un sexo quisieran vivir como el sexo
opuesto, por ejemplo nacer hombre pero identificarse como mujer, lo que marca
una distinción entre el sexo biológico y la identidad de género elegida. A
partir de la investigación y de las vivencias de las mujeres en su
cotidianidad, los estudios de género y el movimiento feminista desarrollan
dicho concepto, y lo utilizan para comprender las relaciones de poder y de
dominio que ejercen los hombres sobre las mujeres.
[…] el conjunto de
creencias, prescripciones y atribuciones que se construyen socialmente tomando
a la diferencia sexual como base. Esta construcción social funciona como una
especie de “filtro” cultural con el cual se interpreta al mundo, y también como
una especie de armadura con la que se constriñen las decisiones y oportunidades
de las personas dependiendo de si tienen cuerpo de mujer o cuerpo de hombre”
(Lamas, s.f, pág. 1)
El origen de la dominación
masculina se sitúa, históricamente, en el patriarcado que es una
institución social caracterizada por desarrollar relaciones
de poder y de dominio masculino en la sociedad y, en particular, sobre la
parentela y las mujeres en cualquier espacio. Los avances en el
reconocimiento de los derechos de las mujeres, así como de
las personas menores de edad, han puesto límites a quienes ejercen el poder
patriarcal. No obstante, a las alturas de la segunda década del siglo XXI
prevalecen situaciones de violencia contra las mujeres que han obligado a la
generación de normativa y acciones preventivas para enfrentarlas.
Una revisión de los estudios
realizados sobre ciencia, tecnología y género acusa que: la participación de
las mujeres no es visible en la mayoría de los países, ya que carecen de datos
estadísticos para hacer un diagnóstico diferenciado por sexo; que existe
discriminación contra las mujeres jerárquica y territorial; y que existen
estereotipos sexistas que dificultan el acceso de las mujeres al ámbito
científico y tecnológico (Pérez, 2001).

Asimismo, la perspectiva de las
mujeres está ausente o mediatizada por la experiencia masculina, por lo que se
requieren cambios sustantivos en la cultura de la sociedad y, en particular, en
los entornos de la ciencia y la tecnología para erradicar la discriminación.
El análisis de género es la
herramienta que permite identificar las brechas entre los hombres y las mujeres
y va más allá de la desagregación de los datos por sexo. Dicha información es
necesaria pero insuficiente para explicar las asimetrías. Por ejemplo, en el
caso de Costa Rica, un ingreso casi paritario de las mujeres y los hombres a
los estudios universitarios, no asegura la elección de carreras en Ciencia y
Tecnología, por parte de las mujeres, dada la existencia de estereotipos de
género que las desalientan (INIE, 2016, pág. 30).
Para que la Ciencia y la
Tecnología se logre dar una mayor importancia a los sesgos de género en las
Actividades CYT, se requiere el dominio de un marco conceptual en género para
interpretar el por qué ocurren las desigualdades y las alternativas para
superarlas.
Desde la década de los 80 y en
Costa Rica, desde los 90, se cuenta... con especialistas en género, formadas
por la Universidad de Costa Rica y la Universidad Nacional. No obstante, la
mayoría de los programas de Ciencias, Tecnologías y Telecomunicaciones, carecen
de ese tipo de
profesionales, lo cual les impide identificar y remover los
sesgos de género, en la producción del conocimiento y en sus aplicaciones.
b. Igualdad, equidad
perspectiva de género
En concordancia con la definición
de la UNESCO, igualdad de género refiere a la:
[…] igualdad de derechos, responsabilidades y oportunidades
para mujeres y hombres y para niñas y niños. Supone que se tengan en cuenta los
intereses, necesidades y prioridades de mujeres y hombres, reconociendo la
diversidad de los distintos grupos de personas. La igualdad de género es un
principio relativo a los derechos humanos, un prerrequisito para un desarrollo
sostenible centrado en las personas y un objetivo en sí misma. La visión de la
UNESCO de la igualdad de género está en consonancia con los instrumentos
internacionales pertinentes, como la Convención sobre la Eliminación de Todas
las Formas de Discriminación contra la Mujer y la Declaración y Plataforma de
Acción de Beijing. (UNESCO, 2015, pág. 12).
Con el objeto de alcanzar la
igualdad por sus resultados, se utiliza como medio la equidad
de género “entendida como la justicia en el tratamiento a
mujeres y hombres –y las identidades sexuales– de acuerdo a sus respectivas
necesidades” (CONICYT, 2017: pag. 16). Con dicho
propósito, es moral y legalmente justificable, la aplicación de medidas diferenciales
de carácter temporal, conocidas también como discriminación positiva, para
erradicar las desigualdades.
Una tarea necesaria para eliminar
las brechas es ponerlas al descubierto, ejercicio que se encuentra con la
limitante de que existen pocos registros que muestren la participación desigual
de las mujeres en los procesos de ciencia, tecnología, telecomunicaciones e
innovación. No obstante, como lo indica el informe de las conclusiones de
ECOSOC de 1997, la integración de una perspectiva de género en el quehacer de
las instituciones y las organizaciones permitiría que se exija una valoración
expresa de:
[…] Las consecuencias para las mujeres y los hombres de
cualquier actividad planificada, inclusive las leyes, políticas o programas, en
todos los sectores y a todos los niveles. Es una estrategia destinada a hacer
que las preocupaciones y experiencias de las mujeres, así como de los hombres,
sean un elemento integrante de la elaboración, la aplicación, la supervisión y
la evaluación de las políticas y los programas en todas las esferas políticas,
económicas y sociales, a fin de que las mujeres y los hombres se beneficien por
igual y se impida que se perpetúe la desigualdad. (ONU MUJERES, 2017).
Así los procesos de la Ciencia,
la Tecnología, las Telecomunicaciones e innovación, tienen el desafío de
integrar una perspectiva de género para lograr que sus productos incidan de
manera efectiva en el desarrollo integral de la sociedad y que respondan a los
intereses y a las necesidades diferenciales de las mujeres y los hombres
durante su ciclo de vida, así como a los requerimientos derivados de su zona de
residencia, de su condición de discapacidad, de su grupo étnico de pertenencia,
de su identidad sexual, entre otros.
c. Políticas públicas
y género
Una política pública constituye
un curso de acción propuesto por un actor o conjunto de actores para resolver
un problema o asunto de interés público (Anderson, 1998).
Desde mediados del siglo XX, el
análisis de las políticas públicas ha adquirido protagonismo, ya que devela los
fines, los medios y las actuaciones que realizan los actores sociales, para la
distribución de los recursos de una sociedad.
La forma simplista como se ha
manejado la política pública, como una tecnología que traduce demandas en
productos, muchas veces ignora el desarrollo ideológico sobre el que se
construye la democracia moderna como un sistema político perfectible, en la
medida que logre satisfacer adecuadamente las demandas de todas las personas
mediante una distribución equitativa de los recursos colectivos.
Para ello, el sistema político
debe disponer de los canales apropiados para captar las demandas, incorporarlas
a la agenda pública y desarrollar respuestas capaces de enfrentar el problema
enfocado en el mediano plazo, bajo el liderazgo de los diferentes Poderes del
Estado. Una política pública asentada y legitimada es aquella que tiene un
carácter estatal, que trasciende los ciclos de las administraciones
gubernamentales, cuenta con el presupuesto debido y con una institucionalidad
pública que asume compromisos concretos, en la ejecución de la respuesta
pública elegida para atender el problema.
Es pertinente tener en cuenta que
los valores culturales compartidos socialmente funcionan
como filtros de las demandas e inciden en la respuesta
pública, así por ejemplo, si los valores privilegian la presencia de las
mujeres en el hogar, se rechazarán sus demandas sobre el derecho a decidir el
lugar que quieren ocupar en la sociedad.
Para el caso de la política de
igualdad en ciencia, tecnología y telecomunicaciones e innovación se presentan
varios agentes desmovilizadores, como son: la cultura que alienta a las mujeres
a ocuparse de la atención de las personas desde disciplinas de las ciencias
sociales; la falsa igualdad que se crea cuando se rinde tributo a mujeres
pioneras en algún campo, y se le destaca como una muestra de que ellas también
pueden ser exitosas, sin tener en cuenta que las barreras de género siempre son
diferentes, entre otras. En ese sentido se acentúa la presencia de estereotipos
en lugar de proponer la igualdad.
La configuración de la política
pública, es un proceso dinámico, que depende del poder de las fuerzas que
interactúan durante su ciclo, para lograr que el problema que se pretende
atender, ingrese a la agenda política, que se genere una respuesta integral,
libre de cálculos electorales, que se establezcan compromisos claros y
verificables, mediante un plan de acción que contenga su sistema de evaluación
y los mecanismos para la rendición de cuentas ante la población objetivo (OCDE,
2016).
i. El problema enfocado
El problema alude a la
caracterización de la situación que se requiere cambiar, la delimitación de las
personas afectadas, así como de los actores implicados en la atención del
mismo. Se deben identificar los efectos del problema y los factores sociales,
económicos, políticos y culturales que lo generan.
La precisión adecuada del
problema puede sustentarse en datos confiables, pero como se
sabe, mucha de la información, especialmente a nivel
administrativo, carece de desagregación de las diversidades de sexo, edad,
escolaridad, lugar de residencia, grupo étnico de pertenencia, condición de discapacidad,
entre otros. Por ello, muchas veces es obligado construir los datos mediante
formas de aproximación, como los estudios de caso y el análisis de tendencias
observadas de las variables relacionadas.
La poca información existente
sobre el alcance y la magnitud del problema, no debe ser un obstáculo para su
atención, ya que se enmarca en el principio de igualdad entre hombres y mujeres
que el Estado debe garantizar. El desarrollo de metodologías cuantitativas y
cualitativas proporciona herramientas provenientes de la investigación social
que permiten el acercamiento riguroso al problema. Una vez establecida la
situación a cambiar, es indispensable desplegar iniciativas de negociación con
los actores, a fin de que reciba la atención de las personas que tienen en sus
manos las decisiones, tanto en el ámbito público como en el privado. Para ello,
la generación de una masa crítica de mujeres y hombres, que promuevan la
demanda de erradicación de las brechas de género identificadas, se convierte en
pilar para superar esas situaciones.
ii. La respuesta
pública al problema
En un Estado de derecho como el
costarricense, la generación de una respuesta a un problema debe sustentarse en
un marco jurídico que la respalde, o bien, que no le impida una determinada
intervención. También tiene que considerar la disposición presente y proyectada
de recursos aplicados a las acciones de la política, que pueden ser aportados
por fuentes públicas
nacionales, internacionales y privadas.
Otro elemento central en la
determinación de la respuesta, es la influencia de los actores5
intervinientes en el problema, ya que pueden tener visiones divergentes sobre
la misma, lo que puede restarle el apoyo y la vitalidad necesarias.
5 Un actor social es un sujeto colectivo con una identidad
propia y poseedor de recursos políticos que le permiten actuar, en el seno de
una sociedad, con miras a defender intereses de carácter gremial o cuestiones
de interés. Pueden actuar como un grupo de presión para influir en la toma de
decisiones frente a los diferentes organismos del Estado y a otros actores,
como es el caso de los partidos políticos, los Sindicatos, las Cámaras
Empresariales, algunos movimientos o grupos sociales que trabajan sobre temas
como el ambiente, los derechos humanos, entre otros.
A modo de ejemplo, una de las
alternativas para mejorar la presencia de las mujeres en la conducción de los
procesos de ciencia y tecnología, puede ser la aplicación de medidas de acción
positiva, para priorizar la contratación de mujeres y/o su promoción laboral,
hasta que se logre la paridad de género en la composición de las estructuras
organizacionales. Esas medidas serían aplicables para las mujeres que reúnan
los perfiles solicitados para la empresa o institución.
No obstante, puede crear resistencias
de la población masculina o bien, de la dirección de las empresas (que
mayoritariamente están bajo la conducción de hombres) por considerar que se
violenta su libertad de contratación.
La estrategia seleccionada debe
considerar todas las dimensiones del problema, ya que el incremento de la
participación de las mujeres en la ciencia y la tecnología no tendrá un efecto
significativo para ellas, sin que se transformen las culturas institucionales y
no se integra el análisis de género a lo largo de todo el proceso de
investigación y el desarrollo de la ciencia y la tecnología (Bonder, 2014, pág. 14).
Por ello, no pueden estar
ausentes las transformaciones de la cultura científica y tecnológica para que
puedan germinar las acciones que erradiquen las brechas de género
identificadas.
iii. El plan de
acción de la política y la evaluación integral
La respuesta pública seleccionada
para enfrentar el problema debe traducirse en un plan de acción que es “(…) el
instrumento mediante el cual las instituciones definen objetivos, acciones,
indicadores y metas que deberán ejecutar en el corto,
mediano y largo plazo y donde se estiman los recursos requeridos” (MIDEPLAN,
2016, págs. 45-46).
Los planes estratégicos de una
política se gestionan mediante uno o varios programas, dependiendo de la
complejidad del problema y de la respuesta elegida. Cada programa se compone de
proyectos y/o servicios interrelacionados, los cuales se orientan hacia el
logro de objetivos específicos. En la Tabla N°1 se muestran los componentes del
plan:

La evaluación y el seguimiento,
conforman uno de los ejes del plan, y su función es facilitar la apreciación de
los avances y el impacto del mismo sobre el problema enfocado por la política.
Por ello, la evaluación debe estar presente durante el proceso, para que los
resultados y los indicadores definidos, contribuyan de manera efectiva a
mostrar el logro de los objetivos propuestos. Cuatro de sus aportes
sustantivos, son:
A. Establece una línea base que
sirve de punto de partida para ponderar los avances y el impacto del plan.
B. Permite mostrar la causalidad
que provoca el problema, como en este caso, la desigualdad entre mujeres y
hombres, en el ámbito de la ciencia, la tecnología y las telecomunicaciones.
C. Satisface los requerimientos
de información para los actores que intervienen en la atención del problema.
D. Aporta información oportuna
para establecer medidas de mejora; modificar el plan de acción y/o para
fundamentar el diseño de un nuevo plan.
Es pertinente señalar que la
evaluación debe considerar el contexto y las condiciones existentes para elegir
la metodología, los actores participantes: internos y externos al organismo
ejecutor, los procedimientos de recolección de la información así como la
calidad y la fiabilidad de la misma. También, se requiere tener en cuenta los
recursos a disposición y las posibles alianzas y sinergias que se pueden crear
con los actores para proporcionar o generar datos de interés, lo que evitaría
una subutilización de recursos.
Se requiere definir la
participación de la población objetivo en la ponderación de los impactos y en
el señalamiento de medidas de mejora. De este modo, se hacen efectivos los
principios de transparencia y rendición de cuentas, propios de un gobierno
abierto y responsable de sus actuaciones frente a la ciudadanía.
Es indispensable recordar que las
mujeres vinculadas a la ciencia, la tecnología, las telecomunicaciones y la
innovación, constituyen el punto de partida y el punto de llegada de la
política, por lo que sus intereses, sus expectativas y sus necesidades deben
ser consideradas durante el proceso del diseño de la política, de su plan de
acción y deben abrirse los espacios para que actúen como auditoras de su
ejecución, mediante el establecimiento de sistemas de información transparentes
y eficientes.
La duración estimada de un plan
estratégico es de cinco años, situación que requiere hacer las previsiones para
realizar una evaluación comprensiva e integral al término del mismo, que
proporcione información sobre los desafíos asumidos para el diseño de un nuevo
plan quinquenal, que acompaña el segundo período de la política, con miras a
lograr los objetivos propuestos que son de mediano alcance.


3. Marco normativo
El reconocimiento de las
desigualdades que viven las mujeres a nivel mundial, ha movilizado la voluntad
política de muchos países, lo que ha permitido contar con una serie de
instrumentos normativos a nivel internacional, así como de leyes nacionales que
son de acatamiento obligatorio y que hacen justiciables los derechos de
igualdad y de no discriminación. Las normas internacionales referidas son los
Pactos y las Convenciones que se han aprobado por diferentes agencias de las
Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos.
Complementariamente, algunos
organismos internacionales han logrado acuerdos sobre las acciones que deben
promover los Estados para la erradicación de todas las formas de discriminación
y de violencia contra las mujeres, en los entornos en los que se desenvuelven
y, en particular, en la educación y en el empleo.
La siguiente tabla presenta los
principales instrumentos internacionales de las Naciones Unidas y las leyes
nacionales relacionadas con la igualdad entre hombres y mujeres, aplicables a
los campos de la ciencia, la tecnología, las telecomunicaciones.

Las convenciones, los convenios y
los pactos internacionales concernientes a los derechos
humanos aprobados y/o ratificados por Costa Rica que
aparecen en la Tabla 2 son exigibles ante las autoridades judiciales nacionales
y ante los órganos competentes del sistema de las Naciones Unidas y de la OEA,
para aquellos casos en que las personas afectadas por una violación a sus
derechos, consideren que el Estado no ha cumplido con sus deberes de garantizar
el ejercicio pleno de los mismos.
En la siguiente tabla, se
presenta un resumen de lo que indican las normas y las leyes nacionales
respecto de la igualdad y la no discriminación así como las medidas para
enfrentar las
inequidades.








Las normas señaladas se
desarrollan mediante declaraciones internacionales, plataformas y planes de
acción; a nivel nacional, se cristalizan en políticas y planes nacionales, que
contienen medidas para la igualdad de género, crean responsabilidad únicamente
ante los organismos contralores de las instituciones o entidades que los
emiten.
Es importante tomar en cuenta
dichas medidas, ya que aportan valiosas recomendaciones como se aprecia en la
siguiente Tabla, la cual incluye las referencias de las páginas y/o párrafos en
los que enuncian dichas medidas, en los diferentes instrumentos identificados



Según se deriva del recuento
efectuado sobre las normas vinculantes así como de las medidas recomendadas
para promover la igualdad entre hombres y mujeres en el campo de la ciencia, la
tecnología y las telecomunicaciones, queda fehacientemente demostrado que
existe un
sólido fundamento legal y programático para sustentar esta
Política Nacional.


4. Costa Rica: Situación de las mujeres en la ciencia, la tecnología y
el aprovechamiento de sus beneficios
Las mujeres han mantenido un
vínculo histórico con la ciencia y la tecnología, desde la época primitiva, en
la que descubrieron la agricultura (Boix, 2005),
contribuyeron al asentamiento de los grupos poblacionales, así como a crear
nuevas fuentes de alimentación. Sus aportes han trascendido la historia hasta
los últimos desarrollos científicos en ciencias básicas, ingenierías y ciencias
híbridas.
No obstante, sus aportes y sus
logros han carecido de reconocimiento en los espacios públicos y privados, por
los sistemas patriarcales que provocan la discriminación en todos los ámbitos
de convivencia humana hacia las mujeres. Como ya se ha mencionado Costa Rica,
no ha sido la excepción, ya que la ausencia de las mujeres en la producción
científica se evidencia incluso en la creación de la Academia Nacional de
Ciencias, en 1992, la cual se fundó con 19 integrantes: 17 hombres y 2 mujeres,
lo que refleja la desigualdad de género en su composición inicial.
La movilización de las mujeres en
la demanda por la igualdad y por el ejercicio pleno de sus derechos humanos,
tuvo una incidencia importante en década de los noventa, mediante la creación
de leyes como la de igualdad real y la rendición de cuentas del Estado
costarricense ante las instituciones de las Naciones Unidas, que dan
seguimiento a convenciones internacionales ratificadas por el país, como son la
Convención relativa a la Lucha contra las Discriminaciones en la Esfera de la
Enseñanza, UNESCO (1960), el Pacto Internacional de los Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, Naciones Unidas (1968) y la Convención sobre la
eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres (1984).
Todo esto ha representado
importantes avances en términos de reconocimiento y aplicación del Sistema
Internacional de Derechos Humanos, especialmente la visibilización
de la condición desigual de las mujeres con respecto a los hombres.
Estos avances también han
influido en una mayor producción de estadísticas desagregadas por sexo, que
permiten identificar la situación en la que se encuentran las mujeres en los
diferentes campos del desarrollo humano, para plantear alternativas que
permitan la superación de brechas de género en donde existen. Sin embargo, en
el ámbito de la ciencia y la tecnología, la información disponible aún es
limitada, porque la mayoría de las fuentes no procesan la información por sexo.
Por ello, este capítulo
describirá la situación de las mujeres en la producción científica y
tecnológica así como en el uso y el disfrute de sus beneficios, teniendo en
cuenta los datos existentes en las fuentes públicas, en las siguientes áreas de
interés:
1. La atracción de las mujeres
hacia la ciencia y la tecnología desde la primera infancia.
2. La formación, la capacitación
y la permanencia de las mujeres en las carreras técnicas y profesionales
relacionadas con la ciencia y la tecnología.
3. El empleo femenino en el
sector de ciencia y tecnología.
4. El uso y el disfrute de los
productos científicos y tecnológicos, por parte de las mujeres.
Las fuentes de información
utilizadas fueron: la Plataforma Hipatia basada en el
Informe del Estado de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación (ECTI),
realizado por el Consejo Nacional de Rectores (CONARE), el Instituto Nacional
de Aprendizaje (INA), Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), el
Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU), el Ministerio de Ciencia, Tecnología
y Telecomunicaciones (MICITT) y el Ministerio de Educación Pública (MEP). A
nivel internacional se consideraron los informes y las publicaciones de las
Naciones Unidas sobre el tema, particularmente, de la UNESCO, la Comisión de
Ciencia y Tecnología y la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la
Mujer. Asimismo, se dispuso de información de la Organización de Estados
Iberoamericanos (OEI).
a. La atracción de
las mujeres hacia la ciencia y la tecnología desde la primera infancia
Las desigualdades de género
tienen su fundamento en los estereotipos compartidos y recreados
históricamente, que colocan a las mujeres en condición de subordinación con
respecto a
los hombres y con aspiraciones inducidas hacia la atención
de las necesidades de otras personas a través del cuido y el trabajo doméstico
no remunerado, en los diferentes espacios en los que se desenvuelven. Por ello,
la remoción de esos prejuicios que restringen la libertad de las mujeres
requieren de una intervención desde la primera infancia.
La Política Nacional para la
Igualdad y Equidad de Género 2007-2017 (PIEG), cuya ejecución es coordinada por
el INAMU, estableció la siguiente meta:
Que en el 2017 la totalidad de niñas, niños y adolescentes a
partir de edades tempranas, haya sido cubierta por acciones formativas
deliberadas, dirigidas a remover estereotipos de género en los patrones de
crianza, en la sexualidad y la salud sexual y reproductiva, que obstaculizan la
igualdad entre mujeres y hombres. (INAMU, 2007, pág. 72)
No obstante, en el informe
relativo a la ejecución de dicha política, solo se registra un avance en el
programa ejecutado por el MEP que se denomina Escuelas para el Cambio y que
incluye a 16 centros educativos del país, a partir de 2015. Dicho programa
estimula “la revisión y replanteamiento de la cultura escolar con miras a
robustecer y generar actitudes, comportamientos y mensajes para la promoción de
la igualdad de género, desde el reconocimiento del currículum oculto de género“
(INAMU, 2017, pág. 28). Dicha cobertura representa el 0,4% de los 4.054 centros
educativos de I y II ciclos registrados por el MEP en 2014 (CONARE, 2015, pág.
124), por lo que una cantidad muy importante de la población estudiantil queda
fuera de los beneficios de este programa.
Por otra parte, en cuanto a la
población de 0 a 4 años, que se mantiene solo en el espacio doméstico está
excluida, porque no existe ningún tipo de iniciativa que favorezca la igualdad
de género desde esas etapas, lo que coloca a las niñas en una posición desigual
respecto a los hombres, ya que desde esas edades se ven permeadas por los
estereotipos de género y discriminación.
Existen espacios públicos donde
es posible ubicar a un sector de esta población, como son
los CEN-CINAI administrados por el Ministerio de Salud, la
Red de Cuido, bajo la rectoría del IMAS y la educación preescolar del MEPÁG. Se
estima que 268.5841 niñas y niños asisten a dichos centros, según el
siguiente detalle:
1 Las modalidades de cuido y de educación detalladas
incluyen a la primera infancia y en el caso de la Red de Cuido, incorpora
también a la población que asiste a la educación prescolar y primaria.
• Red de Cuido: 51.297 niñas y
niños. (Gobiernocr, 2017).
• CEN – CINAI: 121.500 niñas y
niños (Ministerio de Salud, 2017).
• Niveles materno y preescolar:
95.787 niñas y niños (MEP, 2017-a).
Se mantiene el reto de crear una
estrategia sostenible a largo plazo que promueva la igualdad entre los hombres
y las mujeres, que establezca las metas de cobertura y los compromisos de los
actores implicados en su ejecución.
Para ello, se debe tener en
cuenta que esta población está conformada por 346.396 niñas y niños, según las
proyecciones de población para el 2016, en la cual las niñas representan 49%
(CEPAL, 2017). Asimismo, que dicha estrategia debe incluir a las personas con
quienes las niñas y los niños interactúan dentro y fuera del espacio doméstico.
En Costa Rica, se desarrollan
diferentes actividades por parte de organizaciones de diferentes sectores
(público, privado, ONG y Organismos Internacionales) que tienen como fin
fomentar las vocaciones de niñas y niños en la Ciencia y la Tecnología. Podemos
encontrar programas como las Ferias de Ciencia y Tecnología, las competencias
en Olimpiadas de matemática, física, química, biología y robótica, además
cursos especializados por edades en programación de APPS y WEBS por parte de
organizaciones como la Fundación Omar Dengo, la Cooperativa Sulá
Batsú, la Red MenTe;
Encuentros de Mujeres en Ciencia y Tecnología en alianza con instituciones y
organizaciones del sector público, académico, privado, organismos
internacionales; por ejemplo, el CFIA2 , la OEI, INA, INAMU, MEP,
MICITT, INTEL, entre otras; las universidades también tienen proyectos que
destinan a fortalecer las vocaciones científico tecnológicas de las mujeres.
Sin embargo, todos estos esfuerzos se realizan de forma independiente, lo que
conlleva a una cobertura limitada.
2. El CFIA se refiere a las siglas del Colegio Federado
de Ingenieros y Arquitectos, que organiza en conjunto con las instituciones
mencionadas, los Encuentros, por medio de la Comisión Paritaria de Género
Por su parte, el MEP ha venido
incorporando diferentes actividades dirigidas a fomentar las
vocaciones científicas de niñas y niños con diferentes
programas en ciencias y orientación, pero además, ha impulsado programas
dirigidos a lograr una mayor inclusión de género con en Educación para la
Afectividad y Sexualidad.
La erradicación de los
estereotipos de género es una condición necesaria para que las estudiantes se
motiven hacia carreras no tradicionales como las vinculadas con la ciencia, la
tecnología y la ingeniería, contando para ello con el respaldo de sus grupos
familiares, del personal
docente y administrativo de los centros educativos y de sus
compañeros de estudio. Esto permitiría cuestionar los aprendizajes sociales que
influyen en el interés y el desempeño de las mujeres en las materias básicas,
como ciencia, matemática, tecnología e ingeniería, entre otras.
Incluir acciones para lograr un
cambio cultural hacia la igualdad de género en la población escolarizada del I
y II ciclo de Educación General Básica y Educación Secundaria del MEP, tendría
una cobertura de aproximadamente un millón de estudiantes3 .
3. Estadísticas del MEP muestran que para el 2016 la
matrícula en primaria fue de 446.625 estudiantes, mientras que en secundaria
fue de 369.834.
En cuanto al personal docente,
como actor clave en el cambio cultural a favor de la igualdad, tiene la
limitación que reproduce los mismos estereotipos de género en la enseñanza4
pese a que las educadoras constituyen el grupo mayoritario. Según información
del Departamento de Análisis Estadístico del MEP, en 2015 estaban en servicio
un total de 78.808 docentes, el 71,8% eran mujeres, mientras que los hombres
representan el 28,2%. En los niveles de preescolar, primaria, escuelas
nocturnas y educación especial, es donde se muestra una mayor presencia de
educadoras. Mientras que los hombres tienen una representación cercana a la
paridad en la educación secundaria: III Ciclo y Educación Diversificada y en
los centro educativos IPEC / CINDEA (MEP, 2017a).
4. El personal docente potencia los estereotipos de
género, porque todas las personas hemos sido educadas y colonizadas por la
cultura patriarcal.
Estas asimetrías, caracterizadas
por la división sexual del trabajo, son reproducidas en las aulas y aprendidas
desde edades tempranas por la población, lo que conlleva la naturalización de
las prácticas discriminatorias en esos espacios, en tanto no se ejecuten acciones
directas para sensibilización de género y un reaprendizaje en términos de
igualdad y derechos humanos, estas prácticas seguirán siendo reproducidas en un
círculo vicioso continuo.
i.Educación primaria: I y II ciclo
Aunque no existen barreras
formales para el inicio y la permanencia de las niñas y los niños en la
educación primaria, persisten problemas que no han tenido una repuesta efectiva
del Estado y que influyen en el ejercicio del derecho a la educación en
condiciones de igualdad, tales como: el deterioro de la infraestructura
escolar, la insuficiente dotación de material didáctico y de equipo
tecnológico, la sobrecarga de trabajo administrativo-docente, las dificultades
para la atención educativa de las poblaciones dispersas que se encuentran en zonas
de difícil acceso, la amenaza a la seguridad del personal y de la población
estudiantil en las comunidades en riesgo social y la falta de tiempo para la
capacitación del personal docente, entre otros.
Se agrega a dicha problemática,
la existencia de estereotipos de género que influyen en desarrollo de
capacidades en áreas como la matemática, lectura y escritura. La dimensión de
género ha sido un problema de investigación poco estudiado en el país, sin
embargo, en el MEP se presentan estudios de caso realizados desde las
diferentes instancias para la promoción de la igualdad de género desde finales
de la década de los noventa, así como algunos trabajos finales de graduación de
las universidades públicas.
A modo ilustrativo, un estudio
realizado por la UNESCO (conocido como TERCE) en 2016, a partir de una muestra
de estudiantes presenta los hallazgos sobre el desempeño de las niñas y los
niños en la educación primaria, concluyendo que en la mayoría de los países y
Costa Rica no es la excepción,
“Los estudiantes varones tienen ventajas significativas en
matemática y las estudiantes tienen una ventaja similar en lectura y escritura.
Los bajos niveles de competencia en lectura entre los varones pueden
incrementar la probabilidad de repetición y abandono escolar temprano y, como
resultado, reducir la participación de los varones en educación terciaria y sus
oportunidades profesionales. Asimismo, el bajo rendimiento en matemática y
ciencias entre las niñas puede reducir su interés por carreras en Computación,
Ingeniería y Ciencias (que ofrecen mayores oportunidades para obtener ingresos
altos)” (OREALC/ UNESCO, 2016, pág. 1).
Con respecto a la elección de carreras, señala que:
[…] en los países de la OCDE, el 25% de los chicos y el 24%
de las chicas declaró querer dedicarse a una profesión relacionada con las
ciencias. Pero chicos y chicas suelen pensar en trabajar en distintos ámbitos
de la ciencia: con más frecuencia que los chicos, las chicas se ven como
profesionales de la salud; y prácticamente en todos los países, estos aspiran a
ser informáticos, científicos o ingenieros más a menudo que las chicas”
(OREALC/UNESCO, 2016, pág. 4).
Se hizo un reconocimiento acerca
de que los estereotipos de género actúan como filtro para que las niñas se
visualicen como profesionales o técnicas en ciencia y tecnología, por lo cual,
recomiendan exponerlas a una educación científica de calidad en las escuelas.
Otro hallazgo de interés es que las disparidades de género obedecen a factores
como la influencia de padres, profesores, políticos y líderes de opinión
(OREALC/UNESCO, 2016, pág. 6).
Resulta indispensable profundizar
el conocimiento acerca de la calidad de educación científica y tecnológica que
se imparte en el I y II ciclo de la educación y su influencia en las
expectativas en ciencia y tecnología de las niñas en su diversidad, con el fin
de introducir las mejoras necesarias.
ii. La educación
secundaria
Costa Rica dispone de una amplia
oferta de centros de estudio públicos y privados, a nivel técnico y
universitario. Las carreras técnicas de los institutos privados las aprueba por
el Consejo Superior de Educación, mientras que las carreras que ofrecen las
universidades privadas, son avaladas por el Consejo Nacional de Enseñanza
Superior Universitaria Privada (CONESUP).
La educación secundaria comprende
el III ciclo de la educación y la educación diversificada, bajo las modalidades
de diurna y nocturna y se ofrece en las instituciones educativas públicas,
privadas y subvencionadas. Dado que la mayoría de la población asiste a la
educación diurna; seguidamente, se presentan algunos datos disponibles en el
sitio web del MEPAG.
Para el año 2016, se tiene una
matrícula total de 299.388 estudiantes con una distribución casi paritaria
entre hombres y mujeres. Este hecho podría indicar que las mujeres que deciden
o pueden ingresar a la secundaria no encuentran problemas para hacerlo.
Uno de los problemas destacados
en la educación secundaria es la deserción, motivada por razones como la
reprobación o el aplazamiento en algunas materias, las necesidades económicas
y/o el desaliento para concluir los estudios secundarios, entre otros. Sin
embargo, como se muestra a continuación, las estudiantes no refieren
diferencias sustantivas con respecto al
rendimiento, como un motivo unicausal
para su deserción, como lo muestra el cuadro 1.
El rendimiento del estudiantado
se muestra en el gráfico 2, así se tiene que el porcentaje de aprobación
alcanza el 61%, lo que implica que cerca de un 40%, es aplazado o reprobado, lo
cual incide en el retiro de la educación secundaria.
El Gráfico 3 ilustra las
diferencias en el rendimiento de las mujeres y los hombres, en la educación
secundaria diurna. Se puede observar una relación casi paritaria en el grupo de
aprobados. Aunque el porcentaje de reprobados alcanza un 10%, en dicha
categoría los hombres acusan una presencia que supera en un 20% a las mujeres.
De las 856 estudiantes
embarazadas en el 2016, 715 que cursan la educación en horario diurno y 151 en
el nocturno (MEP, 2017d)- Sin embargo, no se encontraron datos a cerca de la cantidad de estudiantes que abandonan por
esta razón.
Una visión completa sobre las
barreras de acceso efectivo de las estudiantes a la secundaria, exige un
análisis del comportamiento de la matrícula por edad, lugar de residencia,
condición socioeconómica, centros de estudios disponibles, embarazo
adolescente, condición de discapacidad, deserción y sus causas, entre otras.
Los datos procesados por el MEP por sexo y que están disponibles en línea, no
permiten obtener esta fotografía, lo cual plantea un nuevo reto para esta
política.
iii. La educación
técnica y universitaria
Costa Rica dispone de una amplia
oferta de centros de estudio públicos y privados, en los
niveles técnico y universitario. Según los datos en línea de
CONARE y de CONESUP para 2017, están aprobadas 59 universidades, de las cuales
54 son privadas. A nivel parauniversitario, están
autorizados 25 centros de estudio, 24 de los cuales son privados.
Esas instituciones despliegan una
estrategia de atracción de nuevos estudiantes, utilizando para ello, medios
electrónicos, ferias informativas, visitas guiadas y publicidad escrita, la
televisión
y la radio.
No obstante, aunque la población
estudiantil de secundaria tenga acceso efectivo a dicha información, las
decisiones sobre su carrera están mediadas por sus intereses ocupacionales,
signados por los estereotipos de género, por la disponibilidad de recursos
económicos, por la ubicación geográfica y por el respaldo familiar, entre
otros. Así que esa combinación de factores, determinará las posibilidades de
ingreso al centro de estudios y a la carrera elegida.
Las carreras con grado técnico o
diplomado, se ofrecen como una opción de graduarse en un tiempo menor al de una
carrera profesional, lo que permitiría un pronto ingreso al mercado laboral. No
obstante, la premisa de las facilidades para el empleo, se enfrenta con la
competencia para ocupar los puestos disponibles, en especial, cuando no se
domina otro idioma. Así como con
la demanda existente en el lugar de residencia de las
personas graduadas.
La oferta técnica pública utiliza
canales informativos de alcance limitado, que se restringen a la región central
y las cabeceras de provincia; las opciones de cursos en otras zonas, dependen
de la demanda empresarial y del interés de quienes se postulen. Por ello, la
difusión de los cursos se hace por acceso a la página web y de alguna
documentación que se envía a los centros educativos de secundaria o las
comunidades.
Aunque los intereses vocacionales
coincidan con la oferta de cursos en las instituciones del
sector público o privado, las posibilidades de acceso
efectivo a los mismos, dependerá del lugar donde se impartan y de los recursos
económicos disponibles. Esas condiciones son de particular interés para las
mujeres, quienes podrían encontrar resistencias familiares para que se
desplacen fuera de la zona en que habitan, si los cursos no se imparten cerca
de sus comunidades.
En el caso de la educación
universitaria, particularmente, en las carreras de ciencia, ingeniería y
tecnología, las expectativas se centran en acceder a las universidades públicas
por su excelencia y sus costos. Sin embargo, el acceso es condicionado, porque
exige la aprobación de un examen de admisión y de un puntaje que se establece
para el ingreso a cada carrera, salvo en los casos de la Universidad Estatal a
Distancia y la Universidad Técnica Nacional.
De modo ilustrativo, el siguiente
cuadro muestra las notas de aceptación en algunas de las carreras relacionadas
con la ciencia y la tecnología, en la Universidad de Costa Rica para el año
2017. Se observa que los puntajes definidos, se acercan más a las carreras de
medicina y microbiología, cuyas notas de corte fueron las más altas para el
2017
Estas barreras de ingreso a las
universidades públicas, se maximizan para las mujeres por el limitado respaldo
familiar para estudiar carreras que no se ajusten a los papeles asignados por
la sociedad.
De igual modo, la oferta
académica no es accesible en todo el país, lo que genera la exclusión de
quienes habitan fuera del valle central. Existen algunos programas de matrícula
diferida para estudiantes de zonas que no tienen representación en las
universidades públicas, pero los mismos tienen un alcance restringido.
De este modo, las decisiones
sobre lo que se desea estudiar pasan a depender de la oferta de las
universidades privadas y de las posibilidades económicas de las familias, lo
que nuevamente excluye a los sectores de menores ingresos.
El desarrollo de una estrategia
de atracción a la educación técnica y superior, desde una perspectiva de
género, es de vital importancia; especialmente, para el caso de los centros
universitarios y técnicos del sector público. La misma debe complementarse con
la oferta de servicios de apoyo que aseguren que las y los estudiantes puedan
satisfacer sus necesidades durante el proceso de formación tomando en cuenta
estos y otros factores de exclusión, tales como condición de discapacidad,
etnia, edad, entre otras.
b. La formación, la
capacitación y la permanencia de las mujeres en las carreras de ciencia y
tecnología.
i.Formación Técnica
Algunos centros educativos de
secundaria funcionan con la modalidad diversificada que permite elegir una
opción técnica, que obliga a quienes la eligen a cursar un año más de estudios.
Las mujeres representan el mayor porcentaje de graduación y sus preferencias se
concentran en la rama de comercio y servicios, según se muestra en el Cuadro 3.
En general, existe una mayor
matrícula de mujeres que hombres en las especialidades técnicas. El 79% de las
mujeres eligió especialidades de la rama de Comercio y Servicios y muestran
preferencias por las ocupaciones relacionadas con el papel asignado por los
estereotipos de género.
Según se detalla en el Anexo 1,
en carreras como Automotriz, Mecánica General, Mantenimiento Industrial,
Mecánica de Precisión, menos de un 15% de la población estudiantil son mujeres.
Mientras que, en carreras como
Secretariado Bilingüe, Secretariado Ejecutivo y Diseño y Confección de moda,
menos del 15% de las personas que matriculan son hombres. En Diseño de Modas,
para el 2016, únicamente un hombre matriculó esa carrera.
No obstante, llama la atención el
acercamiento de las mujeres a otras especialidades un poco más distantes con
respecto a los estereotipos, como son la Contabilidad, las Finanzas y
Productividad y Calidad
a. Formación Técnica
en el Instituto Nacional de Aprendizaje.
El Instituto Nacional de
Aprendizaje (INA), es una institución pública con presencia el todo el país que
imparte especialidades que guardan una relación estrecha con las demandas del
mercado. Se puede observar, en el siguiente cuadro, que las mujeres tienen un mayor
porcentaje de matrícula así como de graduación, con respecto a los hombres. No
obstante, en atención a los estereotipos de género, las mujeres tienen mayor
presencia en las especialidades relacionadas con las ramas de la industria
alimentaria, el comercio y los servicios y el turismo (INA, 2016, pág. 96).
La matrícula en Náutico Pesquero,
de 514 que matricularon únicamente 60 fueron mujeres, esto representa un 11,6%
y en cuanto a índice de feminidad muestra que por cada 100 hombres que
matricularon, únicamente 13 mujeres lo hicieron.
La información presentada sugiere
que las mujeres no encuentran barreras para el ingreso
a la formación y la capacitación técnica en el INA. No
obstante, diversas fuentes de información, han señalado algunos obstáculos como
son la baja cobertura de las acciones formativas en las zonas rurales, las
restricciones presupuestarias para el otorgamiento de becas que incluyan
servicios de cuido para las hijas y los hijos de las mujeres, las limitaciones
para la obtención de empleo en las zonas rurales y los ambientes sexistas que
prevalecen en las especialidades consideradas como propias del ámbito
masculino, entre otras.
De este modo, se observa que los
estereotipos de género que modelan las preferencias profesionales y los
requerimientos que aseguran la permanencia de las mujeres en la formación y la
capacitación profesional, se convierten en factores críticos necesarios de
enfrentar para lograr una igualdad sustantiva entre los hombres y las mujeres
que estudian en el INA, particularmente, en las especialidades vinculadas con
la ciencia y la tecnología.
ii. La formación
universitaria
Las mujeres han mostrado un
incremento sostenido en su ingreso a las universidades, pero no así en aquellas
profesiones consideradas como campos propios de los hombres, como es el caso de
las ingenierías y otras disciplinas científicas.
Las estadísticas de CONARE sobre
la matrícula del 2016, en las universidades públicas, refieren un porcentaje
menor de mujeres en el Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC), donde se
imparten carreras relacionadas con la ciencia y la tecnología, mientras que
constituyen una mayoría en Universidad Estatal a Distancia (UNED), donde existe
una amplia oferta de carreras de las ciencias sociales y permite armonizar los
estudios con el empleo y las tareas domésticas, ya que no se requiere asistir a
lecciones presenciales.
La matrícula de las mujeres en
las carreras de la educación superior, registra sesgos de género que se pueden
apreciar en el siguiente gráfico:
060
Se destaca la presencia reducida
de las mujeres en las áreas de las ciencias básicas y la ingeniería, mientras
que constituyen la mayoría en las carreras de Educación, Ciencias Sociales y en
Artes y Letras. Dicha elección aleja a las mujeres de la ciencia y la
tecnología así como de empleos de mejor calidad, una vez graduadas. Existen
esfuerzos para retener a las estudiantes en las universidades, mediante el
otorgamiento de algunos beneficios sociales para apoyar su permanencia mientras
cursan su carrera. Aunque ha existido un incremento en el número de estudiantes
becados, según se consigna en el V Informe del Estado de la Educación (2015),
aún quedan necesidades insatisfechas, tales como la entrega de subsidios para
el pago de los servicios de cuidado de las hijas y los hijos, que
habitualmente, está a cargo de las mujeres(CONARE, 2015).
Por otra parte, en cuanto a otras
fuentes de financiamiento para los estudios universitarios
está la entrega de préstamos por parte de la Comisión
Nacional de Préstamos para la Educación (CONAPE) cuyos intereses son bajos y su
cancelación se realiza una vez terminada la carrera. El Cuadro 6 indica que en
2016 un 64% de los préstamos se otorgaron a las mujeres, para el estudio de
carreras de las áreas de Ciencias de la Salud, Educación y Ciencias Sociales.
El financiamiento otorgado a las mujeres para las carreras en áreas de ciencias
básicas e ingenierías, fue más reducido que el de los hombres, lo que coincide
con la baja presencia de las mujeres en dichas áreas.
La oferta de beneficios sociales
para las mujeres en la Educación Superior debe tener en cuenta la dotación de
recursos para quienes tienen responsabilidades familiares asociadas con el
cuido. Así como, la consideración de las mujeres que no tienen apoyo familiar
para el financiamiento de los estudios, por la oposición a que estudien
carreras que no forman parte de las expectativas sociales sobre lo masculino y
lo femenino.
El comportamiento de la
graduación en las carreras universitarias muestra una situación ventajosa para
las mujeres, ya que según los datos del CONARE (2015), ellas tienen un
porcentaje
de graduación mayor (63%) al de los hombres, tanto en
universidades públicas como privadas, así se ilustra en el siguiente cuadro.
La graduación en las carreras
relacionadas con la ciencia y la tecnología, refiere una reducción en el
porcentaje de graduación femenina que alcanza el 53%, según los datos
disponibles para 2014 en la Plataforma Hipatia del
CONARE. Respecto a las áreas relacionadas con la ciencia y la tecnología, el
comportamiento de la graduación aparece en el siguiente cuadro (CONARE, 2016).
La mayor concentración de mujeres
graduadas se ubica en el área de las ciencias médicas, donde se encuentran
carreras de servicio a las personas como son la enfermería, la medicina, entre
otras, que son congruentes con los estereotipos de género. Asimismo, su
representación menor se encuentra en las carreras asociadas a la ingeniería y
la tecnología.
Se observa una presencia menor de
mujeres graduadas en ingeniería mecánica, producción animal, ingeniería de
materiales, ingeniería eléctrica, electrónica y física. Como lo señala CINDE,
según los datos disponibles en la plataforma Hipatia
del CONARE (2016), las ingenierías que tienen una mayor demanda en el mercado
laboral son precisamente donde hay menos graduación de mujeres.
Específicamente, el sector de las
tecnologías digitales, que se caracteriza por ser un sector en crecimiento
tanto en producción como en fuentes de empleo, y que genera múltiples
oportunidades personales y profesionales, la presencia en la producción de las
tecnologías es mayoritariamente de hombres. En el Cuadro 10, se observa cómo la
cantidad de personas graduadas en el área de tecnologías de información y
comunicación o en ingeniería eléctrica y electrónica aproximadamente el 80% son
varones frente a 20% mujeres.
El costo de la ausencia de las
mujeres en estos sectores debe ser medido, entendiendo que la incorporación de
más talento y mayor diversidad generará una mayor innovación en la producción
de conocimiento indispensable para todas las áreas de la ciencia y la
tecnología; especialmente, en las tecnologías digitales donde se requiere cada
vez más personas altamente calificadas, pero el impulso vocacional hacia estas
áreas es aún insuficiente, dada la alta demanda de las empresas, la
desarticulación entre las políticas exteriores del país para la atracción de
capital extranjero y la poca oferta de personas calificadas.
A pesar de los avances en el
ingreso y en la graduación de las mujeres en las instituciones de Educación
Superior esto no se refleja en las oportunidades de realizar estudios de
posgrado, específicamente doctorados. El informe sobre el Estado de la Ciencia,
la Tecnología y la Innovación, señala que solo un 18% de los profesionales en
general obtiene el grado de doctorado. Las mujeres refieren una situación de
desventaja respecto de los hombres, ya que su presencia alcanza el 40% (CONARE,
2014, pág. 70).
La cantidad de doctorados es muy
escasa en el país, como se indica en la información contenida en la Plataforma
HIPATIA, apenas un 0,4% de todas las personas graduadas en el 2014 en carreras
CTI, obtuvieron un título de doctorado (Estado de la Nación, 2017), esto
implica que la cantidad de proyectos que tienen como investigador y/o
investigadora principal con doctorado es muy escasa, y es en esos niveles donde
existe una menor cantidad de mujeres, porque a pesar de que ellas obtienen la
mayor cantidad de diplomas al año, en términos generales, en la obtención de
doctorados el porcentaje se reduce significativamente.
En los datos suministrados por el
MICITT correspondientes al 2014, en cuanto a la cantidad de personas dedicadas
a la I+D, con nivel de doctorado, se reportaron en los sectores público,
académico y OSFL, que de un total de 570 personas con doctorados, un 33.3% eran
mujeres.
Un 73% de las personas con
doctorado reportadas obtuvieron sus títulos fuera del país, de las cuáles
únicamente un 28% fueron mujeres. Mientras que con doctorados obtenidos en el
país, el 47% eran mujeres, como se muestra en el siguiente gráfico:
065
Persiste la participación
desigual entre las mujeres y los hombres que estudian carreras del ámbito de la
ciencia y la tecnología, en los niveles de grado y de posgrado, la carencia de
investigación sobre la causalidad de la asimetría en el acceso, formación y permanencia
de las mujeres en estas carreras impide emprender las acciones correctivas
pertinentes para asegurar una mayor equidad en la distribución justa de las
oportunidades para las mujeres.
Además, esa misma carencia de la
investigación con enfoque de género en estos temas podría dejar por fuera
aspectos tales como los ambientes hostiles, los efectos de las situaciones de
hostigamiento y acoso sobre la decisión de qué estudiar o de permanecer en una
carrera por parte de las mujeres que limitan esas oportunidades.
c. Empleo de las
mujeres en la ciencia y la tecnología
La situación del empleo de las
mujeres del empleo en Costa Rica se ha caracterizado por un crecimiento
sostenido en el ingreso al mercado laboral, a partir de la segunda mitad de la
década de los noventa. No obstante, aún no se equipara con la participación de
los hombres. Según los datos generados por la Encuesta Nacional de Hogares
(ENAHO, 2014), disponibles en el sistema de indicadores de género del INEC, la
calificación profesional de las mujeres no ha logrado disminuir la brecha de
empleo y salarial.
Con respecto a la Población
Económicamente Activa (PEA) por sexo, encontramos que un 75% de hombres están
ocupados, mientras que en el caso de las mujeres únicamente un 45,2% tienen
ocupaciones remuneradas. El desempleo también refiere inequidades porque la
tasa de desempleo abierto de los hombres es del 7,2% mientras que la de mujeres
es del 10,6%. Lo que significa que un porcentaje mayor de mujeres de la PEA
está buscando empleo, con respecto a los hombres (INEC, 2014).
Las desigualdades no sólo se
reflejan en la cantidad de mujeres y hombres que trabajan, sino también en los
ingresos que perciben, así, el comportamiento de la brecha salarial se presenta
en siguiente cuadro.
A la luz de
los datos incluidos en el cuadro, se aprecia que las mayores disparidades de
género se presentan entre las mujeres y los hombres que trabajan menos de 24
horas, mientras que el ingreso es superior para las mujeres en las categorías
de 24 a menos de 49 horas. De este modo, para el total de las horas trabajadas,
se observa que las mujeres perciben un 87,6% de los salarios con respecto a los
percibidos por los hombres.
Otra información de interés es la
presencia de hombres y mujeres en los grupos ocupacionales de profesionales y
técnicos y de dirección. La ENAHO 2014, acusa una brecha, ya que en el primer
grupo, ellos refieren una participación del 27,2%, mientras que las mujeres
representan el 20,8. (INEC, 2014). Precisamente en esas categorías se
encuentran las mujeres científicas y tecnólogas.
Por otra parte, según los datos
disponibles del CINDE; se evidencia la situación de desventaja,
particularmente, en la categoría de especializada o técnica, que constituye una
de las mayores demandas del mercado vinculado a la inversión extranjera directa
(CINDE,2017).
Valga acotar que a pesar de
existir un esfuerzo por parte del INEC para registrar indicadores en Ciencia y
Tecnología, estos no permiten obtener la información para analizar el mercado
de trabajo en ese campo, por lo que se utilizará la información derivada la
encuesta de innovación encuesta aplicada por el MICITT a una muestra de
empresas de dicho sector, cuyos resultados se exponen en el Informe sobre los
Indicadores Nacionales de Ciencia, Tecnología e Innovación, 2014.
Las actividades en Investigación,
Desarrollo e Innovación (I+D+i) son áreas
fundamentales
para el quehacer científico y tecnológico, ya que permiten
el avance en la producción del conocimiento científico y tecnológico (MICITT, 2016).
El Cuadro 13 muestra la distribución del personal que realiza investigación en
Costa Rica.
Se muestra que la participación
de las mujeres es sustantivamente más baja que la masculina en todas las
ocupaciones relacionadas con el área de investigación y desarrollo, solo se
acerca a la paridad en la categoría de estudiantes de doctorado. Es importante
señalar que estos datos no muestran las cargas e
trabajo, las brechas salariales, ni las oportunidades de ascensos.
En ese sentido, la limitada
información disponible sobre el empleo plantea el reto de generar conocimiento
sobre las características del mercado laboral y la posición de las mujeres en
el mismo, considerando su diversidad étnica, etaria, de condición de
discapacidad, de lugar de residencia, entre otros.
La carencia de información más
descriptiva impide reconocer y analizar las nuevas formas de contratación del
personal profesional en ciencia y tecnología por productos desarrollados, el
teletrabajo, la presión laboral para la producción mercantil, el trabajo
asalariado a tiempo parcial, entre otros. Esta situación debe recibir la
atención debida ya que la distribución de las responsabilidades familiares
entre los hombres y las mujeres aún constituye una meta inconclusa en la
sociedad costarricense. Sin duda, los estereotipos de género, unidos a la carga
de trabajo doméstica y a la segregación de las ocupaciones por sexo,
constituyen un lastre para garantizar el ejercicio pleno del derecho al
trabajo, por parte de las mujeres.
d. El uso y el
disfrute de los productos de la ciencia y la tecnología.
La relación de las mujeres con la
producción científica y tecnológica no ha formado parte de la agenda de
investigación en Costa Rica al igual que en otras latitudes. Las aproximaciones
realizadas se han centrado en el análisis sobre el acceso a las tecnologías de
la información, sin considerar su uso y aprovechamiento, ni las consecuencias
de la violencia de género en la red, delitos ya claramente tipificados en
diferentes países en el mundo.
El país carece de un proceso de
apropiación social del conocimiento científico entendido como la interacción
entre ciencia, tecnología y sociedad, que exige la participación activa de los
grupos y las personas sin considerar su diversidad étnica, etaria, sexo,
condición de discapacidad,
identidad sexual, vulnerabilidad, entre otras (MICITT, 2015,
pág. 222).
La apropiación va más allá de la
divulgación del conocimiento, supone la validación del mismo y su aplicación en
la mejora de la calidad de vida de las personas.
En el marco de la globalización,
la ciencia y la tecnología responden a las necesidades del mercado, más que a
los requerimientos particulares de la ciudadanía, la cual asume el rol pasivo
de consumidora. Las relaciones más cercanas se establecen con las tecnologías
de la información, cuyo uso y aprovechamiento está mediado por el sexo, los
ingresos de las personas, la edad, el lugar de residencia, la infraestructura
tecnológica y el manejo del inglés, que es el idioma que por defecto se utiliza
para operar los dispositivos tecnológicos, entre otros.
Así lo señala Amador, cuando
analiza las TIC en los hogares, utilizando “un modelo econométrico que pretende
medir la magnitud de la brecha para adquirir una mejor comprensión de la misma
y observar su evolución en el tiempo” (PROSIC-UCR, 2016, pág. 151). Uno de sus
hallazgos es:
[…] que a mayor ingreso, mayor nivel educativo, el tener
trabajo y ser de zona urbana aumenta la probabilidad de que la persona use
Internet. Por el contrario, la edad mostró un coeficiente negativo, por lo que
las personas de mayor edad tienen una menor probabilidad de uso. Finalmente un
tema importante para el presente estudio es que en este caso se encontró una brecha
digital según género, pues de acuerdo a la regresión un hombre tiene 1,76 veces
la posibilidad de usar Internet que una mujer (PROSIC-UCR, 2016, pág. 175)
La Encuesta Nacional de Hogares, que aplica anualmente el
INEC, contiene algunas preguntas sobre la tenencia de teléfono celular,
teléfono residencial, fax, computadora, internet, televisión y radio. Sin
embargo, no es posible obtener los datos de acceso de las mujeres a esos
dispositivos, dado que la unidad de análisis de la encuesta son los hogares y
no las personas que lo conforman.
En el año 2017, se realizó el
primer Foro Internacional de Género y Ciberseguridad: creando un mundo digital
más inclusivo v1.0, donde se analizaron las diferentes formas de violencia de
género que se ejecutan desde ese espacio y donde las mujeres son las
principales víctimas de delitos tales como servicios sexuales, suplantación de
personalidad, el ciberbullyng, sexting
y sextorsión, entre otros delitos, que ponen en
evidencia que la violencia de género digital es igual de dañina que la agresión
física (INCIBE, 2017).
Se deja abierta una vertiente
importante de investigación acerca de las brechas de género en el uso y el
disfrute de la ciencia y la tecnología, que resulta de particular importancia
para erradicar las desigualdades presentes en esa dimensión.
5. Marco estratégico
a. Enfoques
Esta política de igualdad, se
construyó a partir de dos enfoques sustantivos derechos humanos: género y
diversidades; los cuales fundamentan el accionar de las actuaciones que se
realicen.
I. Derechos humanos
Los derechos humanos refieren al
conjunto de condiciones, facultades y libertades otorgadas a las personas sin
ningún tipo de discriminación y exigibles ante los Estados Parte, con
independencia del territorio en que se encuentren, ya que los mismos son
universales, indivisibles e irrenunciables.
Este enfoque reconoce que el
punto de partida y de llegada de cualquier intervención pública o privada, debe
garantizar el ejercicio pleno de los derechos de las personas. Por lo tanto, el
diseño de las políticas públicas tiene que demostrar que sus resultados no van
a generar discriminación en razón de la diversidad étnica, etaria, sexo, credo
religioso, lugar de residencia, condición de discapacidad, entre otros.
Las personas son sujetas de la
política pública y deben abrirse los espacios necesarios para el diálogo entre
los actores participantes. La participación debe ser informada para evitar la
práctica de hacer consultas ciudadanas que no inciden en la toma de decisiones.
La política debe priorizar la
atención de las personas que viven condiciones de exclusión, como es el caso de
las mujeres vinculadas a la ciencia y la tecnología que enfrentan la
discriminación en la educación, el empleo así como en el uso y el disfrute los
productos de la ciencia y la tecnología.
II. Género y
diversidades
La perspectiva de género, convoca
a la consideración del punto de partida diferencial y en muchos casos,
desigual, de los hombres y las mujeres que son sujetos de la política. Reconoce
que las mujeres comparten una desigualdad estructural fundamentada en las
relaciones de poder y de dominio masculino prevalecientes en todas las
sociedades desde sus orígenes.
No obstante, el nivel de
autonomía personal determina que las mujeres vivan de un modo diferente las
desigualdades, según sean niñas, jóvenes, adultas o adultas mayores; tengan
ingresos propios o dependan de terceros para su subsistencia; sean parte de un pueblo
indígena o de la población dominante; vivan en zona rural o urbana, tengan
educación técnica o profesional; sean portadoras de condiciones de
discapacidad, posean una identidad sexual elegida diferente a la asignada,
entre otros.
Por ello, el enfoque de género
obliga a que la política tenga capacidad de respuesta ante las singularidades.
Asimismo, que considere la transformación de las relaciones de poder entre
hombres y mujeres para garantizar un efectivo ejercicio de sus derechos
humanos.
b. Principios
Los principios son las
orientaciones que guían el accionar de los actores sociales y de las personas
comprometidas con esta política. Se expresan en la igualdad y la no
discriminación, la autonomía y la participación, la universalidad y la
articulación.
I. Igualdad y no
discriminación
La igualdad refiere a las
condiciones y las oportunidades que deben tener las personas desde su
diversidad para el ejercicio pleno de sus derechos, de modo que la igualdad
nominal se transforme en igualdad sustantiva en la vida cotidiana. El Estado
como garante de los derechos humanos, asume la responsabilidad de erradicar la
discriminación en todos los ámbitos que se presente utilizando el poder
conferido por la ciudadanía.
Frente a la desigualdad, deben
aplicarse diversos mecanismos correctivos entre los que se cuentan las acciones
positivas entendidas como aquellas medidas de carácter temporal dirigidas a
facilitar los medios y los recursos materiales y sociales requeridos por un
sector de la sociedad, para disfrutar de los beneficios del desarrollo humano,
en todas sus dimensiones.
II. Autonomía y
participación
El accionar de esta política
reconoce que las personas tienen el derecho a participar en la toma de
decisiones en forma libre, informada y singular, sin que existan factores
contextuales o estructurales que lo impidan. La participación constituye un
medio para ejercer la autonomía personal y social en la erradicación de las
desigualdades de género y exigir el cumplimiento de las responsabilidades de
los actores implicados.
III. Universalidad
La Política Pública debe crear
las condiciones para que los beneficios de los avances en la producción del
conocimiento y de los avances tecnológicos sean asequibles a todas personas,
desde su diversidad de condiciones y puedan utilizarse en el mejoramiento de su
calidad de vida.
IV. Articulación
Dada la diversidad de actores
públicos y privados que intervienen en el campo de la ciencia y la tecnología,
esta política tiene el reto de articular y conducir los esfuerzos públicos y privados
para el cumplimiento de los objetivos propuestos, lo que obliga a delimitar las
responsabilidades y establecer los mecanismos de rendición de cuentas ante la
población enfocada.
c. Alineamiento
estratégico de la política
Esta Política se nutre y aporta
al cumplimiento de los objetivos señalados en los siguientes instrumentos
estratégicos relacionados con los derechos humanos de las mujeres y la ciencia
y la tecnología, a saber:
• Costa Rica 2030 Objetivos de Desarrollo Nacional.
• Plan Nacional de Desarrollo 2015-2018. “Alberto Cañas
Escalante”.
• Política Nacional para la Igualdad y Equidad de Género
2007-2017.
• Plan Nacional Ciencia, Tecnología e Innovación 2015-2021.
• Política Nacional de Sociedad y Economía Basadas en el
Conocimiento, 2017.
• Política pública de la persona joven y su plan de acción
2014 – 2019.
d.Ejes estratégicos
El problema enfocado por esta
Política es la desigual participación de las mujeres respecto de los hombres en
la atracción, la formación, la capacitación, el empleo de calidad y la
investigación, en los diferentes campos de la ciencia, la tecnología y la
innovación, así como en el uso y disfrute de los avances
científicos-tecnológicos.
Para enfrentar el problema
señalado, la política tiene como objetivo general:
Promover la igualdad en la
participación de las mujeres respecto de los hombres en la atracción, la
permanencia, la formación, la capacitación, el empleo de calidad y la
investigación, en los diferentes campos de la ciencia, la tecnología y la
innovación, para facilitar el acceso y el disfrute de los avances
científicos-tecnológicos.
El logro de dicho objetivo exige
el desarrollo de acciones en el marco de cinco ejes de intervención, a saber:
Eje 1: Atracción de las mujeres a la Ciencia, la Tecnología
e Innovación.
Eje 2: Formación y permanencia de las mujeres en carreras de
Ciencia, Tecnología e Innovación.
Eje 3: Fomento de la investigación y el empleo de las
mujeres en la Ciencia, la Tecnología y la Innovación.
Eje 4: Apropiación social de la ciencia con perspectiva de
género.
Eje 5: Sostenibilidad y seguimiento.
La siguiente tabla presenta los
ejes, los objetivos específicos y las acciones estratégicas propuestas, a
partir de la consulta efectuada con diversos sectores ligados al campo de la
ciencia y la tecnología, y en particular, a las mujeres.
Debe tenerse en cuenta que esta
política se proyecta a 10 años plazo y dada la diversidad de actores
participantes, los compromisos para su ejecución y su evaluación, formarán
parte de los acuerdos que se reflejarán en los planes de acción quinquenales
previstos.
Ejes/Objetivos específicos
|
Acciones estratégicas
|
Eje 5: Sostenibilidad y seguimiento
|
|
5. Generar un sistema de Seguimiento y Evaluación
coordinado por los mecanismos establecidos para la ejecución del Plan de la
Política
|
5.1.
Crear una Comisión de Alto Nivel y una Comisión Técnica Interinstitucional
que incluya a las instituciones del sector científico-tecnológico, sector
público, educativo y privado que tienen alguna incidencia, interés y
responsabilidad en la ejecución de la Política, como órganos de decisión, de
gestión y de seguimiento.
(Así reformado el punto anterior por el artículo
6 del Reglamento de creación de la
comisión de alto nivel de la política para la igualdad entre mujeres y
hombres en la formación, el empleo y el disfrute de los productos de la
ciencia, la tecnología, las telecomunicaciones y la innovación 2018-2027
aprobado mediante decreto ejecutivo N° 42412 del 3 de junio del
2020)
|
5.2 Elaborar el Plan Nacional de Acción para implementar
la Política.
|
5.3 Realizar un modelo de evaluación y seguimiento para la
implementación de la política.
|
6. Modelo de gestión
La complejidad de erradicar las
desigualdades de género en los procesos de atracción, formación, empleo y
apropiación del conocimiento, en la ciencia y la tecnología convoca a diversos
actores, con capacidades para actuar en el marco de esta política, de acuerdo
con sus recursos y sus competencias.
La conducción de la política
estará bajo la responsabilidad del Ministerio de Ciencia, Tecnología y
Telecomunicaciones, como institución rectora de este sector. El departamento de
Promoción de la Ciencia y la Tecnología, mediante el Programa Ciencia y Género,
facilitará la asistencia técnica requerida para la ejecución de la Política y
su plan de acción.
A los efectos de facilitar la
coordinación interinstitucional e intersectorial de nivel nacional, se creará
una Comisión de Alto Nivel, integrada por jerarcas del Poder Ejecutivo, del
Sector Privado, Academia y Sociedad Civil, que forman parte del sector de
ciencia, tecnología y telecomunicaciones. La misma tendrá a cargo la toma de
decisiones respecto de los compromisos que asumirán las instituciones y las
alianzas estratégicas con organizaciones que representan para la ejecución de
la Política y el plan de acción, considerando las competencias, los recursos y
los instrumentos de conducción estratégica a nivel institucional y sectorial.
Se prestará especial atención a
las sinergias que se pueden crear entre los siguientes instrumentos:
• Plan Nacional de Desarrollo.
• Plan Nacional Ciencia, Tecnología e Innovación 2015-2021.
• Política Nacional de Sociedad y Economía Basadas en el
Conocimiento.
• • Plan Nacional de Desarrollo de las Telecomunicaciones.
2015 – 2021
• Política Nacional para la Igualdad y Equidad de Género ,
PIEG Cada sector definirá a sus representantes de las instituciones autónomas y
organizaciones del sector privado y organismos internacionales, relacionadas con
los procesos de atracción, formación, capacitación, empleo e investigación de
las mujeres en los campos de la ciencia, la tecnología y la innovación. Así
como con el uso y disfrute de la producción científico-tecnológica.
Podrán emitir su criterio sobre
los asuntos que les sean consultados, y brindar sus aportes con miras a crear
coaliciones entre los sectores público y privado que incidan en la promoción de
la igualdad entre hombres y mujeres a nivel sectorial. Se deberá considerar una
representación de las mujeres científicas y tecnólogas, dentro de la
representación del sector privado.
Complementariamente, se creará
una Comisión Técnica Interinstitucional, designada por las y los jerarcas que conforman
la Comisión de Alto Nivel, cuya función es la de facilitar la ejecución de la
política y su plan de acción, de acuerdo con los compromisos asumidos por cada
institución.
Esa Comisión será coordinada
desde el Programa de Ciencia y Género del MICITT y se le facilitarán las
condiciones requeridas para diseñar y poner en marcha el sistema de evaluación
y seguimiento de la política y del plan de acción.
Las personas designadas por las
instituciones para participar en la Comisión Técnica, recibirán el mandato de
sus jerarcas por los canales establecidos, a los efectos de incorporar las
acciones derivadas del cumplimiento de sus responsabilidades, en el plan
operativo anual de la respectiva institución.
Asimismo, desde la Comisión
Técnica se promoverán alianzas a nivel nacional y regional para que las mujeres
vinculadas a la ciencia y la tecnología, participen en los procesos de la
Política, desde su condición de sujetas y considerando la diversidad de
intereses y necesidades que les moviliza, de acuerdo con su edad, el lugar de
residencia, la condición de discapacidad, la identidad sexual, la condición
socio-económica, las posibilidades de disfrutar de los beneficios que se
derivan de los avances científicos y tecnológicos, entre otros.
Las Comisiones indicadas serán
respaldadas por un Decreto Ejecutivo promovido por el MICITT, en el que se
señalen las funciones y las responsabilidades de quienes formarán parte de las
mismas.
El sistema de evaluación y
seguimiento de la política así como del plan de acción quinquenal debe
articularse con el plan nacional de ciencia y tecnología, para evitar la
duplicidad en la solicitud y el procesamiento de la información requerida para
valorar los avances en la respuesta pública ante el problema enfocado por esta
Política.
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7.Anexos y apéndices